La Asamblea General de Naciones Unidas designó 2010 Año Internacional de la Diversidad Biológica. La interacción de todas las especies contribuye al mantenimiento de la vida en el planeta. Cuando la mano del ser humano destruye los ecosistemas las consecuencias ambientales, económicas y sociales que se producen son muy graves. De ahí la importancia de tomar medidas que pongan freno a la galopante pérdida de biodiversidad en toda la Tierra.
Dentro de este marco, en octubre se celebrará en Nagoya, Japón, la 10ª Conferencia de las Partes del Convenio sobre la Diversidad Biológica, donde se estudiará la situación y se plantearán objetivos. El Programa de Trabajo sobre Áreas Protegidas será clave en el ámbito europeo y la presidencia española de la UE tiene el reto de lograr un ambicioso plan en materia de biodiversidad.
La pérdida de biodiversidad, la desaparición de especies y sus hábitats queda patente con el cambio climático y el calentamiento global: floraciones que se adelantan y ya no coinciden con el nacimiento de ciertas aves para garantizar su alimento y supervivencia; osos polares que se quedan sin el hielo que pisan…
La contaminación de las aguas, la acidificación de los océanos y su eutrofización por el vertido de nutrientes como los desechos agrícolas también acaban con las condiciones de vida de numerosas especies. A la vez, la sobrepesca ha esquilmado o ha puesto en peligro de extinción a los peces más consumidos, como el atún, el bacalao o la merluza. Mientras, la ganadería y agricultura intensivas tienen una carga polutiva muy pesada sobre el entorno.
Cuidar la biodiversidad no es una entelequia que ocupa sólo a ecologistas. Es una responsabilidad de la que depende el futuro de la raza humana, una especie más en el entramado de la vida sobre la tierra. Por eso, cada pequeño gesto personal cuenta. El consumo responsable y sostenible, la selección de alimentos locales y ecológicos, desplazamientos eficientes, ahorro energético, reciclaje…. son algunas de las medidas que aplicadas en la vida cotidiana de millones de personas pueden tener un enorme impacto en el devenir de la biodiversidad de nuestro planeta. No sólo las autoridades pueden hacer mucho por detener lo que los científicos ya consideran la sexta extinción.
Más información: UICN | UICN España
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