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La madera mejora los estados de ánimo

Los entornos con madera mejoran la calidad de vida y la salud y tienen efectos beneficiosos sobre el crecimiento y el estado de ánimo de las personas.

Ésta es una de las principales conclusiones que se pueden extraer del reciente estudio realizado por el Instituto de Biomecánica de Valencia (IBV) sobre los beneficios de la madera para la salud, cuyos resultados se presentarán en la Feria Internacional de la Salud (FISALUD), que se celebrará en IFEMA del 27 al 30 de noviembre. En este foro, se realizarán una serie charlas divulgativas bajo el título 'La madera cuida de ti', que abordarán diferentes los aspectos saludables de la madera:corrector acústico, confort térmico, actividad física y mejora de los estados emocionales. Las charlas tendrán lugar en Aula de Medio Ambiente en el Pabellón 8 de IFEMA.

El estudio, desarrollado en colaboración con la iniciativa 'Vivir con Madera' que promueve la Confederación Española de Empresarios de la Madera (CONFEMADERA), ha sido dirigido por Tomás Zamora, Director de Hábitat y Construcción del Instituto de Biomecánica de Valencia.Este proyecto ha consistido en una recopilación de todas las evidencias científicas que demuestran los efectos beneficiosos de los entornos de madera sobre el bienestar; para su realización se ha tomado como referencia el fondo documental del IBV, uno de los más completos de Europa sobre biomecánica y salud.

El color, la textura y el ambiente de una estancia influyen en nuestro comportamiento, por eso reaccionamos de manera diferente dependiendo de la experiencia que nos aporten los elementos decorativos y los objetos de una habitación. Si bien una habitación vacía revestida con paneles de acero nos induce estados anímicos depresivos y hostiles, un entorno con paneles de madera nos proporciona estados de ánimo que reducen la sensación de depresión. En este sentido, los ambientes en los que se encuentran elementos de madera los percibimos como espacios naturales, relajantes y tranquilos.

En otro orden de cosas, la actividad física es fundamental para el desarrollo de los niños. Durante la fase en la que gateamos y aprendemos a andar, la mayor parte del tiempo el niño está en contacto directo con el suelo, lo que significa que una parte del calor corporal se transmite al material, con la consecuente pérdida de calor en las extremidades. La madera, al ser un material con bajo coeficiente térmico, no absorbe tanto calor como lo harían otros materiales.

Además, en la pre-adolescencia y la adolescencia la actividad física toma importancia en el desarrollo y la fortaleza de músculos y huesos. Diversos estudios, entre los que destaca uno realizado con cajones sobre un pavimento de madera sobre la sencilla actividad física de saltar, demuestran que realizar regularmente ejercicios de saltos fortalece los huesos de las extremidades inferiores, evitando en un futuro roturas de huesos por osteoporosis.

Además, un descenso importante de la temperatura en la piel puede provocar una mayor probabilidad de sufrir un resfriado si el contacto con el material frío es prolongado y si la temperatura a la que llega la piel cambia bruscamente de una situación de confort a otra fría, por ejemplo, caminar descalzo sobre el suelo durante un tiempo prolongado.

Otro factor que determina la salud de un entorno es la gestión acústica del mismo. El espacio interior con presencia de madera genera un tiempo de reverberación controlado y mejorado respecto al que presentaría ese mismo espacio sin madera. El tiempo de reverberación es un parámetro que indica cuánto tiempo permanece un sonido en el ambiente. Si se consigue reducir, se mejora la inteligibilidad del hablante porque sus palabras no resuenan y se comprenden mejor por los receptores del mensaje, y se reduce la presencia de ecos y ruidos. Esta característica de la madera adquiere relevancia en el caso de las aulas de un colegio. En este tipo de entornos, el ruido de las clases y los pasillos hace que los niños no comprendan bien la explicación del profesor y permanezcan más distraídos reduciendo el rendimiento del aprendizaje. El ruido en las clases se vuelve todavía más importante cuando los niños tienen dificultades auditivas, necesitan menos contaminación acústica para entender mejor las palabras. La madera puede contribuir a crear entornos más eficaces en los espacios dirigidos a la formación escolar.

El ruido y los sonidos influyen en nuestro comportamiento y estado de ánimo: pueden ser molestos e incluso nos pueden irritar y ocasionar estrés y otras molestias. Si es importante permanecer en un entorno sin ruidos molestos aún lo es más cuando la actividad que estamos realizando es la de descansar y dormir. Durante el crecimiento, una de los hábitos que más influyen en el bienestar emocional de los pequeños es el sueño. Los sonidos puntuales y continuos a diversas frecuencias pueden incomodarles durante las horas de sueño. La presencia de madera puede mejorar considerablemente el tiempo de reverberación en los dormitorios infantiles.

Fuentes: Consejo Español de Promoción de la Madera

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