La espuma fotosintética, desarrollada por los profesores David Wendell y Carlo Monetmagno de la Universidad de Cincinnati, está inspirada en los nidos de una rana sudamericana. Capta y transforma la energía del sol con más eficacia que los organismos vivos. Absorbe dióxido de carbono de la atmósfera y genera azúcares que pueden ser convertidos en biocombustible. Se instalará en las centrales eléctricas que queman carbón para ayudar a combatir el cambio climático. 2010 Earth Awards otorga a la idea 50.000 dólares de premio.
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La espuma se instalará en las chimeneas de las centrales de carbón para capturar el dióxido de carbono y convertirlo en glucosa antes de que tenga la oportunidad de entrar en la atmósfera. Debido a su estructura espumosa, puede ser hasta cinco veces más eficiente que las plantas en la conversión de dióxido de carbono en azúcar.
El secreto del éxito de la espuma es una proteína que la rana Túngara utiliza como andamio en sus nidos merengados y que permite que se formen burbujas en él. Sin embargo, no destruye las membranas de lípidos de los huevos que las hembras ponen en la espuma, la cual contiene una mezcla de más de 11 enzimas diferentes cosechadas a partir de bacterias, plantas y hongos. Fija el dióxido de carbono en forma de azúcares como la fructosa y la glucosa a un ritmo que superior al de las plantas.
La posibilidad de crear biocombustible a partir de esos azúcares, reduciría la presión para lograrlos en tierras de cultivo tradicional, lo que a su vez mantendría bajo control el precio de alimentos básicos como los cereales.
Otras ideas reseñables
Entre las propuestas favoritas al galardón, ha destacado “Sustainable Shell” una casa biodegradable que puede construirse con el suelo sobre el que se asienta. A base de ladrillos de tierra y con formas abovedadas, el arquitecto Michael Ramaje de la Universidad de Cambridge ha logrado un refugio fuerte y sostenible que probablemente será un éxito entre las ONG que tratan de reconstruir regiones como Haití, que han sido asoladas por desastres naturales. De acuerdo con Rick Fedrizzi, presidente ejecutivo del Green Building Council de Estados Unidos y uno de los jueces de 2010 Earth Awards, “la construcción también es muy hermosa. Trae a la mente templos árabes de siglos de antigüedad".
Jamie Lim, un diseñador ético de Malasia ha sido otro finalista con su gama de gafas de sol hechas a mano con bambú, una planta de rápido crecimiento, biodegradable y alternativa al plástico con sus bajas emisiones de carbono. Por cada par de gafas "Kayu" que venda, Lim donará 20 dólares a la cirugía para devolver la vista en el mundo en desarrollo.
Otro diseñador reconocido ha sido Arthur Huang con sus “Polli Bricks”, una forma de revestimiento de bajo carbono a partir de botellas de plástico recicladas que pueden envolver a los edificios para aislarlos. Vienen tachonados con luces LED de energía solar y su precio es diez veces inferior al revestimiento convencional.
Los Premios Earth Awards se crearon en 2008 como plataforma de encuentro entre los inversores y las nuevas empresas verdes escasas de dinero, pero con capacidad de innovación que inspire un cambio positivo hacia un futuro mejor. Entre marzo y mayo, más de 500 diseños fueron sometidos a un panel de jueces que incluyeron a Richard Branson, Jane Goodall, David de Rothschild y Diane von Furstenberg.
El panel otorgó en agosto 10.000 dólares a seis finalistas. El diseño ganador, la espuma de fotosíntesis, recibía ayer su galardón en Marlborough House, Londres, en la ceremonia inicials del Festival del Príncipe de Gales.
Imagen: The EEarth Awards
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