Hasta el 20 de septiembre durará el Ramadán que en 2009 comenzaba el 21 de agosto. Se trata del mes santo que los musulmanes celebran con la oración y el ayuno durante las horas del día. Además de un periodo de disciplina de cuerpo y mente, de centrarse en la fe y hacer un nuevo comienzo de vida, “el Ramadán es el mes en que cambias tu estilo de vida, por lo que tiene sentido cambiar nuestro comportamiento en términos de consumo y concienciación sobre el medio ambiente”, afirma Zaher Sahloul, presidente del Consejo de Organizaciones Islámicas de Chicago, que cuenta con paneles solares y alfombras de materiales reciclados.
Desde este centro, que cuenta con 400.000 miembros, han lazado la iniciativa Ramadán Verde. Esta busca reducir la huella ecológica de sus seguidores y que se vuelvan más ambientalistas, por ejemplo mediante el consumo de alimentos de producción local, de productos orgánicos y de menos carne roja, de agua del grifo en vez de embotellada, mediante la creación de huertos, el reciclaje, el fomento de la movilidad sostenible o la inversión en energías limpias. “Queremos ir más allá del ayuno y mirar hacia las implicaciones de la responsabilidad musulmana con la humanidad”, asegura Junaid Afeef, director ejecutivo del consejo.
La iniciativa se está extendiendo por el mundo islámico y cada vez hay más seguidores de la frugalidad, la alimentación saludable y la actitud ecológica aplicables a todo el conjunto del año. De hecho, en Jordania, el gobierno otorga subsidios a los granjeros locales para que vendan en los mercados del Ramadán productos de precio bajo que estimulen el consumo de alimentos sanos. Y en Turquía, la empresa Atlas Ekolojik, dedicada a la venta de frutas y verduras ecológicas, cuenta con una oferta de productos específicos de esta temporada denominada "Organic Ramadan Box", que busca “endulzar los placers del Ramadán con sabores orgánicos”
El rotativo Persian Gulf también ha publicado un editorial esta semana en el que hace un llamamiento al verde, el color del Islam, para que también sea el color del Ramadán. En la columna se citaban versos del Corán en el que el profeta Mahoma apelaba a la protección del medio ambiente (…”no actúes de forma corrupta ni hagas daño a la tierra”), al mantenimiento del equilibrio ecológico y a un estilo de vida de bajo impacto (“Lo que hayamos hecho y las huellas que hayamos dejado quedará registrado con gran detalle en el libro”).
Al final, el Ramadán Verde se ha constituido en un movimiento global que busca unir durante este mes del año a las gentes de todo el mundo, independientemente de su fe, nacionalidad o color, en aras del medio ambiente, la tierra y la salud de la humanidad.
El Ramadán se celebra cada noveno mes del año lunar musulmán, fecha en que el Corán le fue revelado al profeta Mahoma. Cada año hay una diferencia de unos 11 días con el calendario solar gregoriano. También varía algo entre países dependiendo del estado de la luna. El ayuno constituye uno de los cinco pilares del Islam prescritos por el Corán para la auto purificación. Durante el Ramadán, el suhur es la comida que se toma antes del amanecer y el iftar aquella más especial consumida tras el ocaso. En esas horas intermedias ni se puede comer, practicar sexo, fumar o realizar cualquier placer sensual. Por la noche, en las mezquitas se reza el Taraweeh, que completa la lectura del Corán en el curso de este mes sagrado.
Imagen: Hamed Saber