El fútbol, el deporte que más se practica en el mundo, también puede convertirse en productor de energía. Gracias a un generador que se activa con el movimiento en el interior del soccket ball, el ejercicio y la diversión de chavales en países desfavorecidos pueden convertirse en la fuente de luz que ilumine sus viviendas sin electricidad. Y es que media hora de juego con este balón permite mantener encendida una lámpara led durante tres horas.
El invento se gestó en la Universidad de Harvard y ya se comercializa a través de una empresa con fines sociales. El soccket ball es un balón de fútbol al uso, que ni se infla ni se desinfla. Resultado de combinar realidad, necesidad y sentido común. La accesibilidad de la energía cinética y las ganas de ejercitar de los críos hacen el resto.
El soccket ball está elaborado con un vinilo resistente al agua y pesa 482 gramos. En su interior alberga un mecanismo de péndulo que hace girar el generador que carga la batería con la que alimentar una lámpara. Esta se conecta a la toma de salida del balón que es de seis vatios.
Mientras se desarrollaba este balón energético, se puso a prueba en América del Sur y África. Las familias en esas comunidades, para iluminarse y cocinar, a menudo queman queroseno y utilizan generadores diesel. Dos métodos tóxicos para las personas y la atmósfera que ahora podrían verse relegados por un ejercitante balón.
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