Suministrar energía a un iPod o a un teléfono móvil podría volverse tan fácil como conectarlo a la camiseta o a los pantalones, que a su vez se recargarían durante la noche. Un equipo de científicos de la Universidad americana de Stanford ha descubierto una forma más fácil de convertir el algodón o el poliéster convencionales en tejidos conductores de electricidad, capaces de servir también como pilas recargables.
La clave está en un tinte creado a partir de nanotubos de carbono de una sola pared. La nueva electrónica resultante y convertida en prendas de vestir forma parte de la siguiente generación de materiales funcionales entre cuyas características destacan la flexibilidad, la elasticidad y la ligereza. Dichas características convierten en realidad muchas aplicaciones y diseños que anteriormente, con las tecnologías electrónicas tradicionales, eran impensables.
Ejemplos de estas innovadoras aplicaciones son las ropas deportivas de alto rendimiento, las pantallas incorporadas a las prendas de vestir, nuevas clases de baterías para llevarlas puestas como parte de la indumentaria, sistemas de monitorización de constantes vitales u otras mediciones médicas integradas en la propia vestimenta.
Las fibras de carbón conductoras de la electricidad son 50.000 veces más estrechas que un cabello humano. En pruebas realizadas, cuando el tinte fue aplicado a tejidos de algodón o de poliéster, los dotó de una excelente capacidad para almacenar electricidad. Esos tejidos mantuvieron la flexibilidad y elasticidad del algodón y el poliéster convencionales, a la vez que conservaban sus nuevas propiedades bajo condiciones que simulaban lavados repetidos.
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